Tenemos mucho que agradecerle al hermano Marcos Witt, músico que el Señor usó en los años 80 y 90 para revolucionar la alabanza contemporánea, y el cual continúa usando. La música en nuestros templos no ha sido la misma desde entonces. Marcos Witt le abrió las puertas a artistas como Jesús Adrián Romero, Miguel Casinas, Juan Carlos Alvarado, Marcos Vidal, Marcos Barrientos y todos los Marcos que se me olvidan. Sinceramente, no hay parte del mundo hispano-americano que no haya sido influenciada por este tipo de música. Marcos no sólo es un compositor y artista de primera; si no un siervo ungido de Dios que le da la gloria y la honra a quien le dio su talento musical.
En mi trayectoria, he visitado muchas iglesias en los Estados Unidos, Guatemala, El Salvador y en México y en cada una de ellas, me llamó la atención ver que todos desean sonar como Marcos Witt. Mi sentir, y creo que Marcos estaría de acuerdo conmigo, es que no debemos ser ‘Marcoswittistas’. Visité una iglesia en donde la música era exactamente como la de Marcos, el cantante sonaba igual a Marcos, con el mismo tono, con la misma enunciación y hasta el mismo grito en la misma parte de la canción “Al que es digno”.
Yo creo que Dios ha puesto en nosotros creatividad y originalidad. Como músico esto me insta a ser diferente y a tener un enfoque personal en la música que ministro a la Iglesia. Cuando cantamos y seguimos la música de Marcos, de todo un álbum grabado en vivo y en concierto y tratamos de trasladarlo al contexto local, no siempre funciona. Las dinámicas dentro de un servicio son diferentes a las de un concierto. He asistido a los conciertos de Marcos y han sido sorprendentes, pero creo que no fueron diseñados con el culto dominical en mente. Examinaremos como se desarrolla un culto más adelante y entonces haremos una distinción entre lo que es la alabanza y lo que es un concierto.
Espero que no malinterpreten mis comentarios. Yo amo el ministerio de Marcos Witt, lo he tratado y he hablado con él varias veces. Yo oro por que siga siendo de bendición para nuestros países; pero también deseo que siendo músicos y líderes de alabanza, pongamos a trabajar nuestras propias dinámicas de servicio y ministremos con una visión local en nuestro propio contexto y que Dios continúe levantando hombres y mujeres como Marcos para continuar revolucionando la música cristiana con el doble propósito: de alcanzar a los que no tienen una relación con Cristo y para edificar el cuerpo del mismo.
Todos tenemos el talento de poder expresar nuestro amor a Dios por medio de música propia. ¡Cantemos a Dios con un canto nuevo! Les animo a todos los cantautores que escriban sus propias canciones y las utilicen para la obra de Dios. Dios nos puede usar a nosotros también para crear música nueva y dedicada a él. Hasta el día de hoy, yo he podido escribir 60 canciones, himnos y coritos. Si yo lo puedo hacer, ustedes también. Dedíquese todos los días a inspirarse y a escribir algo, sea música o teoría, letras o melodías. Esta es una buena disciplina. El uso de una grabadora compacta le será de gran bendición, ya que nos olvidamos rápido de melodías que se los vienen rápido.
En mi trayectoria, he visitado muchas iglesias en los Estados Unidos, Guatemala, El Salvador y en México y en cada una de ellas, me llamó la atención ver que todos desean sonar como Marcos Witt. Mi sentir, y creo que Marcos estaría de acuerdo conmigo, es que no debemos ser ‘Marcoswittistas’. Visité una iglesia en donde la música era exactamente como la de Marcos, el cantante sonaba igual a Marcos, con el mismo tono, con la misma enunciación y hasta el mismo grito en la misma parte de la canción “Al que es digno”.
Yo creo que Dios ha puesto en nosotros creatividad y originalidad. Como músico esto me insta a ser diferente y a tener un enfoque personal en la música que ministro a la Iglesia. Cuando cantamos y seguimos la música de Marcos, de todo un álbum grabado en vivo y en concierto y tratamos de trasladarlo al contexto local, no siempre funciona. Las dinámicas dentro de un servicio son diferentes a las de un concierto. He asistido a los conciertos de Marcos y han sido sorprendentes, pero creo que no fueron diseñados con el culto dominical en mente. Examinaremos como se desarrolla un culto más adelante y entonces haremos una distinción entre lo que es la alabanza y lo que es un concierto.
Espero que no malinterpreten mis comentarios. Yo amo el ministerio de Marcos Witt, lo he tratado y he hablado con él varias veces. Yo oro por que siga siendo de bendición para nuestros países; pero también deseo que siendo músicos y líderes de alabanza, pongamos a trabajar nuestras propias dinámicas de servicio y ministremos con una visión local en nuestro propio contexto y que Dios continúe levantando hombres y mujeres como Marcos para continuar revolucionando la música cristiana con el doble propósito: de alcanzar a los que no tienen una relación con Cristo y para edificar el cuerpo del mismo.
Todos tenemos el talento de poder expresar nuestro amor a Dios por medio de música propia. ¡Cantemos a Dios con un canto nuevo! Les animo a todos los cantautores que escriban sus propias canciones y las utilicen para la obra de Dios. Dios nos puede usar a nosotros también para crear música nueva y dedicada a él. Hasta el día de hoy, yo he podido escribir 60 canciones, himnos y coritos. Si yo lo puedo hacer, ustedes también. Dedíquese todos los días a inspirarse y a escribir algo, sea música o teoría, letras o melodías. Esta es una buena disciplina. El uso de una grabadora compacta le será de gran bendición, ya que nos olvidamos rápido de melodías que se los vienen rápido.
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