Monday, December 21, 2009

Tiempo de Comunión (Koinonía)


Me entristece que algunos lleguen tarde al servicio y éstos son los mismos que salen volando en cuanto éste acaba. Adoraron, si, y alabaron, pero despreciaron algo muy importante en la vida comunitaria: la confraternidad. Parte del servicio es que nos reunamos en armonía. Comer juntos, charlar y alentarse los unos a los otros es parte de la alabanza a Dios. Lucas nos dice que Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en favor para con Dios y con los hombres.[1] Nuestra vida está basada en amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.[2] Nuestra intención debe ser la de saludar a todos, especialmente a los que vienen por primera vez. ¿Cuántas veces ha visitado alguna iglesia donde nadie le ofreció su mano? Al contrario, ¡le vieron cara de forastero y no se le acercaron! He escuchado historias horribles sobre algunos que invitaron a personas que nunca habían asistido a la iglesia y luego los hicieron sentar solos por no perder su ubicación predilecta. Los invitados desean lo que todos deseamos: ser apreciados y reconocidos. En mi iglesia, nos ha dado resultado el usar “name tags” o etiquetas de nombre. Desde el pastor hasta el invitado, todos tenemos etiquetas con nuestro nombre y es fácil comenzar una conversación sabiendo el nombre de la persona con la que hablamos. Además, durante el servicio también dedicamos un tiempo para saludarnos los unos a los otros, comenzando por las visitas específicamente.
[1] Lucas 2:52
[2] Marcos 12:29-31