Wednesday, April 8, 2009

¿Hay alguna alabanza que sea mejor que otra?


¿Hay alguna alabanza que sea mejor que otra?
La respuesta corta es no. Si analizamos la clase de música que se toca en nuestras iglesias, veremos que tiene que ver con culturas y contextos y es válida en cuanto responda a las expectativas del grupo humano que representa. Lo que puedo decir es que hay gustos, deseos, visiones, demandas, culturas, costumbres y expectativas. Muchas veces me ha sucedido que ministrando la alabanza en la iglesia, se me acercaban hermanos a pedirme que tocara alguna canción antigua. Aunque ya quizás pasada de moda, esa canción les hacía entrar en la “presencia de Dios” de una manera especial. Algunos incluso han llegado a decir que ya no se practica la alabanza como antes y quisieran retroceder en el tiempo para revivir esa gran música. Dedicaremos un capítulo completo a examinar la letra de los coros que cantamos en la iglesia para dar un orden al servicio, aunque por ahora puedo decir que hay cierta clase de música que nos llega al alma. Me conmueve entender que muchas de las canciones están relacionadas con un momento que fue especial en nuestra vida, que nos recuerda alguna experiencia espiritual. Muchos hermanos me pedían que cantáramos la canción “Una Llaga Podrida.” Además de no ser aficionado a la música ranchera, esta canción no me gustaba. No sólo porque no era de mi tiempo, sino porque no la entendía. A una hermanita le encantaba cantarla y me pedía que la acompañara. Yo le daba la nota de Do y ella comenzaba en si bemol. Mientras le pedía al Señor desesperadamente que me revelara en que nota estaba cantando, ¡la canción había terminado! ¡Qué pesar! Muchas veces tenia que inventar una nota para acompañarla. Muchos de los músicos de las iglesias tienen este mismo desafío y me imagino se reirán cuando lean este párrafo, pues todos hemos tenido a nuestras “hermanitas” o “hermanitos” que no tienen la menor idea de cómo se entona una canción acompañada de música con las notas conocidas. J